El Nacimiento del río Cuervo

Hola chic@s, termino hoy con las entradas dedicadas a la provincia de Cuenca que visitamos en el puente de la Almudena. Como os comentaba en las entradas anteriores vamos a encontrar verdaderos paisajes donde disfrutar de la naturaleza, uno de esos sitios es el Monumento Natural del Nacimiento del río Cuervo, pero antes de ir allí nos pasamos por el Ventano del Diablo. No solamente los destinos son dignos de comentar aquí sino que durante los desplazamientos encontraremos multitud de sitios realmente bonitos donde parar, hay muchos miradores al borde de la carretera donde puedes parar con seguridad y disfrutar de las vistas y hacer fotos.

El Ventano del Diablo se encuentra en una hoz formada por el río Júcar en el municipio  de Villalba de la Sierra. Es una cueva horadada en la roca a varios cientos de metros de desnivel desde donde podemos contemplar como el río se ha abierto paso por una angosta garganta. El lugar recibe este nombre por ser el lugar donde el Demonio realizaba sus sesiones de brujería y lanzaba al vacío a aquellos que osaran asomarse al barranco. Si os gustan los deportes de aventura aquí se practica el barranquismo acuático y recorrer la vía ferrata del Ventano del Diablo desde donde ver los cortados del río desde una perspectiva única. 

Desde aquí nos dirigimos al Monumento Natural del Nacimiento del río Cuervo, una de las zonas más visitadas de la provincia. Aquí vamos a ver unos bellos saltos de agua que hacen del lugar un sitio muy especial unido a la presencia de una fauna y flora que no encontraremos fuera de este lugar. El acceso es gratuito con un amplio aparcamiento donde dejar el coche y una vez allí podemos seguir varias rutas con mas o menos nivel de dificultad y tiempo de recorrido. 

Tenemos el sendero del Nacimiento del río Cuervo, se trata de un recorrido circular de 1,5 km, es el más habitual y que permite ver las cascadas y el nacimiento del río. También puedes recorrer el sendero de la Turbera, se inicia a unos 150 metros antes de llegar al nacimiento del río y recorre 1,5 km a través de una turbera calcárea y terminando en el aparcamiento. Finalmente también tienes el sendero del Pinar, este ya es más largo, son 11 km recorriendo un hermoso pinar de pino silvestre y disfrutando de una impresionantes vistas. 

Si te gusta el senderismo alrededor de la zona, en el Parque Natural hay otras 11 rutas de senderismo bien señalizadas y de diferentes niveles de dificultad para los amantes de la naturaleza. Cualquiera de ellos merecen al pena aunque como os digo el más visitado es el del Nacimiento del río Cuervo. Aunque estamos aún en otoño y no hacía ese puente especialmente frío había que tener cuidado en algunas zonas porque ya había hielo en el suelo y era fácil resbalarse si no se iba con cuidado. El río en si nace de una caverna desde donde empieza a fluir el agua, no os recomiendo ir en verano porque lo más llamativo precisamente son las cascadas y si la primavera o el verano no han traído lluvias os puede decepcionar, algo similar a lo que pasa si lo conocéis con el Monasterio de Piedra, son parajes en los que el agua es el gran protagonista por lo que la primavera suele ser la mejor época para visitar estos sitios.

El emplazamiento se encuentra a unos 1400 metros de altura lo que hace que tenga un microclima muy particular, el río Cuervo es un manantial travertínico, es decir que se forma al disolver el agua los materiales calizos separando el CO2 y solidificándose el resto creando este paraje espectacular. El llegar a las cascadas es sencillo y el camino está preparado tanto para llevar carrito como una silla de ruedas pero si quieres subir al nacimiento ahí ya hay que subir unas escaleras que como os comentaba antes como había ya hielo eran bastante resbaladizas y había gente que directamente descartó el subir sintiéndose satisfecha con la belleza de las cataratas. Nosotros como somos muy cabras no dudamos en subir hasta el mismísimo nacimiento el río y ver como salía el agua de la roca, en alguna foto podéis ver el hielo ya en las ramas. 

Aunque suele estar bastante abarrotado según nos habían informado, cuando nosotros fuimos prácticamente no había nadie por lo que pudimos dedicar el tiempo que quisimos a pasear y disfrutar de la zona sin agobios ni prisas. Al lado del aparcamiento hay un restaurante y también hay mesas y bancos de piedra donde poder comer tranquilamente si te llevas la comida aunque nosotros decidimos volver a Cuenca para comer por allí.

Espero que estas tres entradas os animen a visitar la zona, en España tenemos lugares increíbles, muchas veces relativamente cerca de casa que desconocemos y que merece la pena visitar.

Un beso y nos vemos en mi siguiente post.

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