Escapada Romántica, ruta del vino

Hola chic@s, en las últimas semana os he hablado de distintos destinos para, ahora que empieza el buen tiempo, hacer escapadas tanto familiares, como culturales y en familia. Hoy quiero enseñaros mi última escapada este puente de mayo, en esta ocasión la llamaría romántica, porque fue para celebrar nuestro aniversario. Teníamos muchas ganas de visitar las bodegas de Ribera del Duero así que decidimos ir a Peñafiel y desde allí además de visitar su castillo poder visitar la gran variedad de bodegas que hay en la zona. 

Escogimos  el hotel AF Pesquera, es un hotel de cuatro estrellas con SPA, que te ofrece visitar también su bodega Tinto Pesquera. Es un hotel moderno, con un estupendo restaurante y una piscina SPA perfecta para relajarse. Las habitaciones son amplias y cómodas. Lo único que notamos es la falta de personal, por lo que nos comentaron es que, aunque tienen ofertados varios puestos de trabajo les es complicado cubrirlos porque la gente no se quiere mover para vivir en el pueblo o desplazarse desde Valladolid al pueblo a diario para trabajar. Nos sorprendieron los productos del baño ya que eran de la marca Caudalié que me encanta, luego nos enteramos que su bodega también trabaja con empresas de cosmética como Caudalié. 

El castillo de Peñafiel os sorprenderá ya que no es el tipo castillo al que estamos acostumbrados, es una fortaleza con una forma que parece un barco aprovechando todo el espacio disponible en la loma del cerro. También puedes visitar allí el Museo Provincial del Vino uno de los más visitados. El castillo original se comenzó a levantar en el siglo X . Esta fortaleza fue declarada Monumento Nacional en 1917 y se construyó como línea defensiva del Duero tanto para cristianos como para musulmanes. 

El museo del vino se instaló en el Castillo en 1999 y la visita al castillo y al museo se ha convertido en un lugar obligado para todos aquellos amantes del turismo cultural y del enoturismo. En el museo de vino nos llevan por la historia y la cultura del vino que acerca al visitante a las técnicas de producción y elaboración de sus caldos más afamados. Ofrece también la opción de asistir a cursos y catas profesionales. 

Para acceder al Castillo se puede subir en coche particular y para festivos y fechas señaladas hay un servicio de autocar gratuito desde el aparcamiento que hay en la parte baja del cerro donde poder dejar el coche y acceder al autobús ya que la zona del aparcamiento arriba es muy escasa. Pero en Peñafiel no solo está el castillo, es un pueblecito que merece la pena recorrer y descubrir sus iglesias y su Plaza del Coso Medieval donde puedes descansar y tomarte un resfresco o la famosa Torre del Reloj.

En esta zona hay varias bodegas importantes y es posible visitarlas ya que muchas de ellas ofrecen visitas guiadas. Una que nos gustó mucho fue la de Tinto Pesquera a la que pertenece el hotel donde nos alojamos, el guía era de lo más amable y simpático, nos explicó perfectamente como elaboraban los distintos vinos y atendió a todas las preguntas y dudas que surgían sin problemas. 

En primer lugar nos enseñaron el antiguo lagar donde empezaron la aventura en su forma tradicional y como con el tiempo y el aumento del volumen de la bodega tuvieron que dejar el lugar original y actualizar y modernizar los sistemas. A pesar de usar métodos más actuales esta bodega en particular sigue intentando seguir el método tradicional como para clarificar el vino  porque no quieren perder la esencia de lo que han sido siempre sus vinos. 

Tras la visita a la bodega pudimos realizar la cata de varios de sus caldos, incluido el único vino blanco que realizan que nos sorprendió por su textura ya que siendo un vino blanco, en el paladar y el gusto se parece mucho a un vino tinto. Si tenéis oportunidad de probar el Ailejairén que es como se llama entenderéis lo que os digo. También os digo que si sois de vinos blancos frescos y ligeros posiblemente no os guste. 

Respecto a comer por la zona no vais a tener ningún problema. Hay gran variedad de restaurantes donde degustar los platos típicos como pueden ser la sopa castellana o el lechazo. Uno de los restaurantes que más nos gustó fue El Lagar de San Vicente, donde comimos de maravilla, probamos el queso de oveja Flor de Esgueva propio de Peñafiel y que esta buenísimo y por su puesto un riquísimo lechazo tan bien hecho que prácticamente no necesitabas cuchillo. Además fueron super amables y nos invitaron a visitar su bodega.

Si a vuestra pareja y a vosotr@s os gusta el vino y el turismo enológico os recomiendo esta escapada. Nosotros volvimos encantados y ya estamos planeando una nueva en cuanto podamos. 

¿Conocéis la zona de vinos de Ribera de Duero? ¿Conocíais el Castillo de Peñafiel?

Un beso y nos vemos en mi siguiente post. 

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